Gracias al vino, Haro desarrolló en el siglo XIX una estación de tren puntera y moderna para su época, una estación enológica y un banco de España, siendo todos ellos elementos habituales de grandes ciudades. Además de esto, consiguió ser la primera ciudad española con alumbrado eléctrico en la totalidad de su territorio. Por eso, los visitantes desde entonces exclaman: «¡Haro, Paris y Londres!».
Haro se localiza en un enclave privilegiado en el valle del Ebro, donde suelos arcillosos y calcáreos convergen con un clima de influencia atlántica para hacer de La Capital del Rioja y su comarca una tierra de ensueño para el cultivo de la vid.
Buena cuenta se dieron de ello los viticultores franceses cuando a finales del S. XIX eligieron esta zona para continuar con la elaboración de sus vinos tras el brote letal de filoxera y oidio que acusaron durante años y que transformó nuestra localidad hasta ponerla en el punto de mira del mercado vinícola mundial.
Con el vino llegó el ferrocarril, y con él se fraguó el famoso “Barrio de la Estación”, la zona con más bodegas centenarias por m2 en todo el mundo, que exportaba un producto en alza el cual acabaría convirtiéndose en un referente mundial.
Hoy en día las bodegas ya no solo producen los excelentes caldos de legado francés, sino que el enoturismo se ha convertido en un motor económico de la región y miles de personas cada mes disfrutan de visitas guiadas y catas en algunas de las bodegas más famosas e importantes del panorama internacional.
De esta forma, y unido al gran número de visitantes que acoge la ciudad, Haro y su comarca han desarrollado una amplia oferta tanto gastronómica como de ocio, donde destaca la celebración de la Batalla del Vino cada 29 de Junio, una de las más conocidas fiestas en España y la cual será pronto declarada de Interés Turístico Internacional.
Además, la Capital del Rioja cuenta con muchos otros puntos de interés como son un casco antiguo declarado Bien de Interés Cultural en 1975 en el que destacan la zona de La Herradura, con multitud de bares, la Parroquia de Santo Tomás y el Museo del Torreón. Por otro lado destacan enclaves emblemáticos como la Plaza de La Paz y el Ayuntamiento, la Basílica de La Vega y sus jardines o los números palacios señoriales de diferentes épocas y estilos.
Haro es sin duda uno de los puntos clave para entender la historia del vino. Denominada la Capital del Rioja por la gran variedad y calidad de vinos que se producen, la convierten en una parada obligatoria para los amantes del vino y la gastronomía.